viernes, 28 de mayo de 2010

Donde uno ve descampado otros ven un vergel





Hace poco llegó a mis manos el libro “La semana laboral de 4 horas”, escrito por Timothy Freíss. El libro tiene la no poco original y atrevida ocurrencia de que se pueden obtener idénticos resultados trabajando menos tiempo. Es más, trabajando menos tiempo se puede ganar más: ¿será posible?

Al margen de la viabilidad de semejante propuesta, varias son las cosas interesantes a plantearse. En primer lugar la palabra revolución. La revolución ya no exige pasar por cuchillo a nadie, afortunadamente, y eso hace que autenticas revoluciones puedan pasar desapercibidas, aun suponiendo cambios realmente importantes para nuestra vida diaria. Internet, los social media, han supuesto una revolución que sigue en plena marcha. Una de las posibilidades que apunta Timothy en su libro es la de trabajar desde casa, o desde cualquier lugar del mundo, usando Internet y el teléfono. ¿Es esto posible? Pues en determinados trabajos, si uno lo piensa bien, probablemente si es muy posible.



¿Le han llamado últimamente para ofrecerle un servicio de telefonía, o una tarjeta de crédito? Es posible que su interlocutor estuviera en Argentina despierto a una hora inapropiada para la zona. Los costes más baratos, el cambio… Todo es viable, y efectivamente se hace porque es factible y es mejor (por lo general en lo referente a los costes). Increíble pero cierto.

Timothy asegura que es posible ganar tiempo y así hacer otras cosas: lo que a uno le guste: ganar una competición de tango, aprender chino, llegar a ser cinturón negro de karate… ¿a usted que le apetece? Los viajes son parte importante de la apuesta.

Lo cierto es que muchos autores publican un libro, lo promocionan y se olvidan; ¿qué más pueden hacer? Mucho. El libro de Tymothy remite a una página web donde el lector encontrará tablas como las del libro y esquemas para ayudarle a ordenar sus ideas y alcanzar sus objetivos, supone un estímulo para seguir insistiendo y perseverar en sus proyectos. Un blog, recursos, videos, comentarios del libro… En definitiva Timothy se ha preocupado no por vender un libro, si no por crear una relación mucho más intensa con el lector. Y la verdad es que cuando menos resulta divertido. Esto incluye la posibilidad de seguir sus andanzas y viajes a través de twitter. Y ver los viajes y retos que afronta es un estímulo más para sus lectores.

Una vez más encontramos autores que se quedan parados y se centran en las limitaciones (a lo sumo tienen un blog). Una vez más encontramos otras personas que hacen mucho más (videos, recursos, twitter) y establecen relaciones fuertes y duraderas.

Sólo una crítica. Ya que todo está tan bien pensado, ¿por qué supone Ferrys que todos sus lectores van a entender el inglés? Algo tan sencillo como ponerlo en español parece que se le ha escapado. Y yo casi me alegro, los fallos hacen que seamos más humanos. Por otro lado, este mismo blog hasta hace poco sólo podía leerse en español a pesar de las visitas recibidas de países anglosajones, por lo que no se lo echaremos en cara.

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